En España, según un informe reciente de la revista Vida Nueva, se cierra un convento al mes y hay cientos de ellos vacíos en toda la geografía española.
La Orden Franciscana llegó a tener más de 50, solamente en Galicia. A los conventos vacíos hay que sumar otros cientos de monasterios y casas rectorales. Muchos de estos edificios son joyas históricas o arquitectónicas, pero, la falta de visión (y de pasión) de sus responsables hace que vayan muriendo y, con ellos, las comunidades circundantes. La mayoría de estos espacios sagrados se abandonan, se venden, se entregan a la diócesis o se convierten en hoteles. Pero hay alternativas (siempre las hay si se las busca) Fray Enrique Lista García OFM se puso a pensar, hace más de 20 años, en que hacer con estos edificios. Luego de pasar por Mundo X -un proyecto de los frailes en Italia que puso al servicio de los jóvenes adictos un convento fundado por el propio San Francisco en 1212 y que ha seguido creciendo hasta tener hoy más de 40 conventos- tuvo la clara convicción de que estos edificios deben ser la respuesta a una situación de urgencia social: la soledad. Cuando el convento franciscano de Betanzos (Galicia) quedó vacío hace dos años por falta de vocaciones, fray Enrique lo tuvo claro y presentó el proyecto a la Provincia. Desde entonces ha trabajado duro y, poco a poco, el convento vacío se ha llenado de vida gracias al proyecto “Familia Aberta” (Familia Abierta). Cuando le preguntamos sobre el coste de reconvertir un convento del siglo XIV (con una capilla gótica y que llegó a tener 47 frailes) en un proyecto social nos dice que “es muy sencillo y asequible”. Para fray Enrique este tipo de proyectos puede ser una respuesta al problema de los edificios eclesiásticos vacios. Familia Aberta, como su nombre lo indica, busca eso, ser una familia. “No es un centro benéfico. Está concebido como un espacio solidario, que se gestiona y se sostiene con la colaboración y la aportación de todos los usuarios. De este modo se consigue un coste mínimo y una contribución económica asequible para sufragar los gastos ordinarios de la vida en común: alimentación, limpieza, energía, calefacción y pequeñas reparaciones.” En palabras de su fundador. Por la mañana unas diez personas, de muy diversas edades y realidades, llega al convento. Todas tienen algo en común: viven solas. Entre todos y con lo que han traído, preparan el desayuno. Juntos, mientras desayunan, proyectan el día, tal como se hace en cualquier familia. Algunos se ocuparán de arreglar el jardín (que ellos mismos luego disfrutan), otros de arreglar alguna sala y los últimos de preparar la comida. La comida es comunitaria, cada uno ha traído algo y, si hay que comprar, luego se paga a partes iguales. Fray Enrique insiste en remarcar que esta no es una iniciativa benéfica al uso, no es un comedor social, ni un centro de día, ni una residencia. Es un espacio abierto donde personas que viven solas pueden pasar sus días en compañía de otros. El proyecto esta coordinado por una Trabajadora Social, contratada por la Provincia Franciscana, quien se ocupa del día a día. Es ella quien destaca “el cambio notable” que se ve en los miembros de esta familia. Un proyecto de este tipo, en un pueblo como Betanzos, es muy difícil, principalmente porque hay romper los miedos iniciales, las preocupaciones de la gente al “que dirán” que muchas veces condiciona sus vidas. Pero, poco a poco, esos miedos se van rompiendo, una vecina trae a otra y así se va formando una comunidad. Una familia cuya principal característica es la seña de identidad franciscana: la fraternidad. En Familia Aberta no hay bases de datos, ni registros, solo se pide un nombre y un teléfono por si hay que llamar a alguien ante una urgencia. “No queremos ser una residencia social, la gente no quiere residencias, quiere cariño” destaca el fraile. Poco interés de la Iglesia Pero, aun cuando el éxito del proyecto es evidente, no ha suscitado casi ningún interés en la jerarquía eclesial. Aún cuando ha tenido gran repercusión en los medios y ayuda a “cambiar totalmente la visión que mucha gente tiene de la Iglesia”, sus pastores no se han involucrado. Puede que los miedos o el vértigo que supone abrir los conventos paralice a nuestros pastores. Puede que sea el miedo a “gastar dinero” en esto. Pero fray Enrique lo tiene claro: “siempre hay alternativas. Y este proyecto no es solo para conventos vacíos. Pienso en los conventos inmensos donde viven 3 o 4 frailes. Si se abrieran rápidamente verían como se enriquece la comunidad. La fraternidad no se construye solamente con los que tenemos votos…” Familia Aberta es una solución donde todos ganan (win – win que dicen los americanos). Gana la gente que deja de estar sola y gana la Iglesia que hace evidente la evangelización mientras retiene y mantiene estos edificios. “Familia Aberta” persigue mantener las características propias de la familia, donde cada persona se siente libre e independiente. Satisfechas las necesidades básicas, se trata de convertir la soledad en compañía, un bien que se ofrece solidariamente a los demás. ¿Quién se atreverá a seguir su ejemplo? www.pazybien.es/una-solucion-franciscana-a-los-conventos-vacios/ O proxecto Familia Aberta no Convento de San Francisco quere loitar contra a soidade dos maiores18/9/2018 www.crtvg.es/informativos/o-proxecto-familia-aberta-no-convento-de-san-francisco-quere-loitar-contra-a-soidade-dos-maiores-3657784
A soidade é un mal do noso tempo, sobre todo entre os maiores. Para paliar esta situación xorden proxectos como Familia Aberta que está a dar os seus primeiros pasos no Convento de San Francisco en Betanzos. E ata alí fomos para coñecer esta iniciativa. Hora de almorzo no convento de San Francisco en Betanzos. Margarita é unha das colaboradoras do proxecto Familia Aberta, unha idea do franciscano Padre Lista para mitigar a soidade que afecta cada vez máis persoas na nosa sociedade. Trátase de compartir comidas, tarefas e compañía e ao mesmo tempo devolverlle a vida a edificios eclesiásticos abandonados como o convento de San Francisco, hai dous anos marcharon as últimas monxas que ali quedaban. No proxecto teñen cabida todos aqueles que se sintan sos e teñan ganas de compartir, tamén simplemente en calidade de colaboradores. A traballadora social Antía Leira que fai de divulgadorada deste proxecto pola comarca recoñece que non é facil conseguir que a xente se sume a el. Polo de agora a iniciativa Familia Aberta vai paseniñamente pero os seus promotores agradan que pronto sexa unha realidade consolidada. El convento de Betanzos, en Galicia, se quedó vacio hace un par de años por falta de vocaciones. Los franciscanos idearon entonces un proyecto para las personas que viven o se sienten solas .En Galicia hay 270 mil personas que viven solas y por ello se plantean ampliar la experiencia y ocupar también casas rectorales.
En uno de cada 4 hogares españoles vive solo una persona y la cifra además se incrementa cada año. Una de las comunidades con mayor índice de hogares unipersonales es Galicia por ello cada vez surgen más iniciativas anti-soledad como la que se ha puesto en marcha en Betanzos, A Coruña. El convento de San Francisco llevaba dos años cerrado, desde que lo abandonaran las Hermanas Misioneras de María que vivían en él. El Padre Fray Enrique Roberto Lista ha decidido ahora darle un nuevo uso y abrirlo para que todas las personas que viven solas puedan reunirse y hacer vida en conjunto en este lugar. Son historias como la de Hortensia, una mujer de 80 años que lleva 15 viviendo sola y que ahora no falta a su cita con esta Familia Abierta. También Fernando, a quien se le hace duro no tener nadie con quien hablar de sus cosas, y que asegura haber encontrado aquí a muchos compañeros con los que intercambiar opiniones y vivencias. Desayunan juntos, comparten los gastos y se reparten las tareas del hogar. Y aunque ahora la actividad se reduce al día, la intención es ir ampliando y acabar quedándose también a dormir aquí. La trabajadora social que participa en este proyecto, Antía Leira, asegura que con proyectos como este se ayuda en gran medida a paliar la problemática de las más de 270.000 personas que viven solas en Galicia, la mayor parte de ellas mayores. www.antena3.com/noticias/sociedad/un-convento-para-paliar-la-soledad-de-personas-que-viven-en-betanzos_201802195a8ad6fb0cf2af57a909ecfa.html La solución al “cierre” de San Francisco puede estar cerca, teniendo en cuenta los pasos dados por la orden después de confirmar la salida de las Hermanas Misoneras de María. Una representación de la Provincial Franciscana de Santiago se reunió en los últimos días con el párroco, Santiago Pérez González, y con el alcalde, Ramón García Vázquez, para comunicarles su intención de “abrir las puertas” del convento, de desarrollar en Betanzos una Familia Aberta”, un espacio solidario orientado a las personas que viven solas, una alternativa a las residencias y los centros de día que busca mantener, en la medida de lo posible, “las características propias de una familia”, donde el usuario se sienta independiente y libre, explicaron desde la Orden Franciscana.
El padre Enrique Roberto Lista será el encargado de iniciar Familia Aberta en Betanzos, que “se pondrá en funcionamiento a medida que se vayan recibiendo las solicitudes, previo tiempo de información, sensibilización y divulgación”, basada en la idea de “estar al lado de quien lo necesita”, inciden desde la Provincial Franciscana de Santiago. Los destinatarios de Familia Aberta son todos aquellos que, sintiéndose solos, quieren formar un grupo de reunión organizado de tal manera que siempre existe compañía, explicó Lista para insistir en que es un plan a medio o largo plazo, apoyado en los ideales de San Francisco. Las Hermanas Misioneras de María de la Pasión se establecieron en la ciudad años después de que en 1992 se marcharan los últimos frailes, recordados por su talante predicador y su disposición colaboradora con las parroquias de Betanzos. Como sus antecesores, y tras dos decenios, las franciscanas, que planean irse en agosto, dejarán huella por su atención desinteresada y su apoyo incondicional a la actividad social y cultural de Betanzos. El convento de San Francisco, en Betanzos, se quedó vacío hace algo más de un año por falta de vocaciones. Fray Enrique Lista, preocupado por «la nueva pobreza que es la soledad» ideó Familias Abertas, un proyecto dentro de los muros del convento donde personas solas –o que se sientan solas– puedan encontrarse y formar una familia, compartiendo tiempo, comida y preocupaciones Ramón se divorció hace cinco años. «Soy el prototipo de persona que se encuentra en situación de soledad», admite, valiente. Reconocer que uno está solo «no es fácil, pero si no quería acabar mis días bebiendo en el bar, el recurso fácil, o encerrado en casa todo el día viendo la televisión, tenía que dar el paso y ser consciente de mi realidad». Tras la separación se trasladó a Betanzos –localidad coruñesa de 13.000 habitantes–, donde «tuve la suerte de encontrarme a fray Enrique Lista», un franciscano con el que compartió años de seminario, allá en su juventud. «El padre me invitó a pasar los días aquí con él, en el convento de San Francisco». Era agosto de 2016 y las Hermanas Misioneras de María salían del convento betanceiro –cuya construcción data de 1289– ante la escasez de vocaciones. Había varias posibilidades: vender el inmueble, dejarlo vacío o devolverle la vida poniéndolo al servicio de los más necesitados. «Y una de las grandes epidemias del siglo XXI, que nos está invadiendo poco a poco, es la soledad, una forma actual de pobreza», afirma el padre Lista. Por eso se puso manos a la obra y propuso al provincial franciscano de Santiago el proyecto Familias Abertas, una idea «que ya me venía de lejos. Durante años fui responsable de la puesta en marcha del albergue Juan XXIII para transeúntes, y colaboré con una organización italiana de ayuda a drogodependientes. Todo esto me llevó a detectar el problema de tanta gente que vive en medio de una gran soledad, que necesita de otras personas para paliar su mal. Y que la solución a todo esto es sentirse en familia». Porque normalmente, añade el fraile, «un mal sumado a otro mal da un mal mayor. Pero con la soledad ocurre lo contrario: dos personas solas, dos males individuales, juntos desaparecen». La respuesta de la provincia franciscana fue positiva y el fraile abrió literalmente las puertas del convento de la localidad para desarrollar una familia abierta, un espacio orientado a personas que viven solas o se sienten solas, mayores de 18 años. «La idea no es montar una asociación benéfica, ni tampoco atender a personas con dependencia, porque no tenemos infraestructura para eso. El objetivo de Familias Abertas es «que la gente vaya al convento a compartir su día, desde la mañana hasta la noche, que vivan en familia. Ellos se preparan el desayuno, la comida… y después programan juntos qué hacer durante el resto de la jornada». Pero ojo, destaca fray Enrique, «queremos escapar de las actividades que son características de los centros de día o centros sociales, que están delante de la televisión todo el día, leyendo la prensa o jugando a las cartas. Queremos que la gente viva en total libertad y que la dinámica la marque cada grupo: por ejemplo, se puede echar una mano en el convento», como es el caso de Ramón. El que fuese comercial durante toda su vida laboral, hombre inquieto por naturaleza, cogió papel y bolígrafo y se puso «a estudiar las obras de arte que hay dentro de la iglesia que pertenece al convento franciscano. Pasé de no saber qué hacer con mi vida, porque estaba recién jubilado, a compartir conocimientos con los turistas que pasan por aquí, a cuidar de los jardines… estoy para todo lo que necesiten». Logística sencilla Familias Abertas no necesita una gran logística. «Basta con un trabajador social que coordine un poco las solicitudes y que vaya orientando a los miembros de la nueva familia, y poco más. De hecho, tampoco supone un gran gasto extra para la Iglesia, porque es la propia gente que va al convento la que aporta», explica el padre Lista. Por ejemplo, «si uno en su casa se va a hacer un caldo, pues ya lo hace aquí y lo comparte con los demás. Y así, uno cada día». El alma del proyecto es «la palabra familia, es decir, el afecto, la relación. El que quiere viene y cuando quiere se va, no hay otro compromiso que querer tejer una red afectiva con otras personas en la misma situación». Antía Leira, trabajadora social que coordina el proyecto de Betanzos, reconoce que, aun con lo sencillo de la idea, estos primeros pasos no están siendo fáciles. El avance es lento. «Llevamos unos meses empezando a recibir solicitudes y, de momento, se están juntando alrededor de diez personas a desayunar los lunes. Poco a poco iremos ampliando días y también incluiremos comidas, pero de momento queremos ver qué sale de aquí». Entre estas personas está Rosa, que tras quedarse viuda el verano pasado acudió al convento de San Francisco para hacer menos pesado el silencio. O Adela, de 80 años, que ha dejado de llorar sola en casa «desde hace 15 años que me quedé sin mi madre –y 38 desde que murió mi padre–». Los lunes son un gran día para ella porque «me distrae, y he conocido a otros compañeros que están en la misma situación que yo». Aunque «vamos despacio –añade Ramón–, vamos abriéndonos poco a poco». Y ya tienen «un grupo de WhatsApp para charlar sobre lo que ocurre durante la semana, para ver si se cambia la hora del desayuno y también van preguntando quién va a estar el lunes. Tienen ganas de venir y eso es ilusionante», añade Leira. El estigma en el mundo rural No todos son tan echaos pa’lante como Ramón, Adela, Rosa, o el joven subsahariano que «pide todos los días en un semáforo y al que he invitado en varias ocasiones a desayunar, pero no se anima mucho porque tiene que conseguir dinero para enviar a su familia», afirma Leira. Aunque solo en Galicia hay más de 125.000 personas que viven solas, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE), y en municipios de entre 10.000 y 20.000 habitantes, como es el caso de Betanzos, hay una media del 33 % de personas que viven en soledad, «superar el estigma y la vergüenza es complicado, más en un medio rural, donde todo el mundo se conoce». Y recalca que Familias Abertas no está destinado solo a mayores, sino «por ejemplo, a personas que se acaban de divorciar, a aquellos que se han quedado solos después de cuidar toda la vida a sus padres, o incluso personas que viven con alguien pero se sienten terriblemente solas, una situación todavía más difícil de detectar».De momento, Antía Leira y el padre Lista cuentan con un equipo de nueve mujeres que hacen de puente entre el proyecto y los betanceiros. Ellas conocen muy bien a toda la gente de la localidad «porque son señoras que viven en el pueblo de toda la vida, y se mueven mucho en asociaciones diversas. Saben quién se ha quedado solo, quién se ha divorciado o qué mujer se ha quedado viuda… Nos localizan a personas en situación de soledad, y yo voy a hablar con ellas para ofrecerles el proyecto», explica la trabajadora social. Aun así, «no es fácil que te pidan ayuda. Yo veo cada día a un montón de gente sentada en un banco, conozco sus rutinas y sé que están solos… pero no se animan a venir. Por eso la ayuda de estas mujeres, que rompen ese miedo inicial, es irreemplazable». De Betanzos al resto de España Según los últimos datos del INE, en uno de cada cuatro hogares españoles hay una persona sola; en total, 4,5 millones de habitantes, el 10 % de la población. Y la cifra ha aumentado en el último año en 50.000 personas, el 40% de ellas mayores de 65 años. Por eso la obsesión de fray Enrique es que este sea un proyecto piloto exportable para toda España, especialmente para el mundo rural, «donde se quedan vacíos muchísimos edificios eclesiásticos: casas rectorales, conventos, edificios parroquiales… y por las características de la población, que vive más aislada. Hay tantas personas que viven solas en aldeas, lejos unas de otras…». Para el franciscano, «es un proyecto fácilmente exportable, al alcance de cualquiera que sea un poco sensible». De momento ya le han llamado de varios sitios para interesarse por el proyecto: «Me han preguntado si teníamos algo en Vigo, en Asturias… pero cualquiera puede ponerlo en marcha, solo hay que querer». www.alfayomega.es/142288/el-convento-vacio-que-ha-formado-una-familia La salida en 2016 de las Hermanas Misioneras de María auguraba en 2016 el fin de la vida entre muros en el Convento de San Francisco de Betanzos (La Coruña), pero la convivencia y las palabras han regresado al edificio de la mano del proyecto «Familia Abierta», una iniciativa coordinada por fray Enrique Roberto Lista, para convertir en compañía la suma de muchas soledades.
«Familia Aberta» no es un centro benéfico, explica el religioso, sino un «espacio solidario», que se gestiona y se sostiene con la colaboración y la aportación de todos los usuarios. «De este modo se consigue un coste mínimo y una contribución económica asequible para sufragar los gastos ordinarios de la vida en común: alimentación, limpieza, energía, calefacción y pequeñas reparaciones», apunta Lista. Los datos manejados por la Orden Franciscana Menor, responsable del proyecto, cifran en más de 125.000 los mayores que viven solos en la Comunidad gallega. En el caso de municipios intermedios como Betanzos (10.000-20.000 habitantes), el 33% de las personas de más de 65 años se encuentran en esta situación. Una soledad, apuntan los promotores, que «es, en muchos casos, una de las caras de la pobreza, agudizada desde hace unos años por la crisis económica». Con este proyecto, abierto a cualquier persona autónoma y dispuesta a compartir su tiempo, los franciscanos brindan la oportunidad de compartir «un lugar, una forma de vida, un tiempo, unos medios y una gestión que sirva de referencia y concienciación para futuras actuaciones en el ámbito de las necesidades sociales». El grupo se reúne cada día desde la mañana a la noche, para compartir las tareas del día a día en un ambiente asimilable a la familia, cuidando especialmente los momentos en torno a la mesa y los trabajos de preparación y limpieza antes y después de las comidas. La solidaridad, subrayan los responsables del proyecto, es la base de las relaciones. «La ocupación de la jornada se hará realizando tareas de utilidad para todos, siempre en compañía de otros, de acuerdo a los propios gustos, capacidades y disponibilidad», indican. www.abc.es/espana/galicia/abci-nuevas-familias-contra-soledad-201802111859_noticia.html |
Las noticias de Familia Aberta
El proyecto "Familia Aberta" se pondrá en marcha a medida que se vayan recibiendo las solicitudes. Ahora mismo se encuentra en la fase previa de información, sensibilización y divulgación. ArchivosCategorías
Todos
|